El asma es una enfermedad inflamatoria crónica de la vía aérea que según su gravedad va a necesitar más o menos tratamiento para mantener los bronquios dilatados, y de esta manera no limitar nuestro día a día. Ahora que acaba de llegar el invierno las personas asmáticas han de tener cuidado, ya que los cambios de temperatura bruscos pueden fomentar la aparición de broncoespasmo (los bronquios se estrechan) y producir tos, ahogo, presión en el pecho o pitos al respirar. Ante esta situación, lo que más rápido va a hacer que el bronquio se dilate y calme los síntomas son los inhaladores de rescate: salbutamol o terbutalina. Deberemos utilizar una o dos inhalaciones, acordándonos de aguantar la respiración durante 10 segundos tras la inhalación del fármaco.
Existen otras circunstancias que podrían empeorar nuestro control del asma en esta temporada invernal como son la niebla o la lluvia. Estas situaciones a veces aumentan la dificultad para respirar, sobre todo en aquellas personas con alergias a determinados hongos.
Se debe mostrar especial atención en el caso de realizar ejercicio físico bajo estas condiciones meteorológicas. Si esto sucede se recomienda utilizar nuestro inhalador de rescate unos 15 minutos antes de hacer un esfuerzo físico programado, como por ejemplo salir a correr con bajas temperaturas. Aun así, siempre deberemos tener el inhalador cerca para utilizarlo en caso de aparición de síntomas y si es posible evitar salir en las horas de frío más intenso o con niebla muy densa.
Con estos pequeños consejos podremos llevar a cabo nuestras actividades habituales sin que el asma nos pare tampoco en invierno.