Recientemente en una editorial de Archivos de Bronconeumología se realiza una reflexión sobre la forma de simplificar las guías clínicas de EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica) y se proponen unos “mandamientos”, a modo de los 10 mandamientos de Dios, en temas de prevención, diagnóstico, tratamiento y seguimiento de dicha enfermedad.
Las guías clínicas sobre diversas patologías que proponen las Sociedades Científicas son de inestimable ayuda para los clínicos, pero en muchas ocasiones difíciles de poner en práctica por distintos motivos: por falta de tiempo para cada acto clínico; porque no son enfermedades individuales, sino que forman parte de una complejidad como es el sujeto con otras enfermedades concomitantes; y porque la evidencia cambia con el tiempo y las guías deben mantenerse vivas, existiendo un desfase entre a actualización y la implementación de las novedades.
Sin olvidar que estas guías de práctica clínica son la base fundamental para unificar el manejo de las patologías, hay que tener siempre en mente que hay que individualizar cada caso, teniendo en cuenta los problemas propios de cada paciente. Además, algo que se refleja en la citada editorial, pero que no está incluido en las guías y que muchas veces no llevamos a nuestra práctica diaria es que nuestro manejo de la patología se debe realizar con sentido común y con una buena práctica médica.
Bibliografía: Arch Bronconeumol. 2016;52:179-80 – Vol. 52 Núm.4 DOI: 10.1016/j.arbres.2016.01.012