Se podría decir que sobra ya recordar el elevado número de muertes que está relacionado con el consumo de tabaco (cerca de 60.000 muertes al año en nuestro país; más de 600.000 muertes prematuras en el mundo). Igualmente, es bien conocida la gran lista de enfermedades que están directamente causadas por el tabaco: cáncer de distintos órganos, enfermedades cardiovasculares, enfermedades del aparato respiratorio (principalmente la EPOC, Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica), y complicaciones varias en el embarazo y en el recién nacido cuando se continúa fumando durante el mismo.
Se han realizado múltiples estudios que ponen en evidencia el elevado coste para el Sistema Nacional de Salud causado por las enfermedades relacionadas con el tabaquismo, tanto en costes directos (por ingresos, fármacos,…) como en costes indirectos (bajas laborales causadas por las enfermedades, por ejemplo). Pero también existe cada vez más evidencia sobre el ahorro que supondría a los sistemas de salud la reducción en las cifras de prevalencia del número de fumadores.
Por ello, cualquier medida encaminada a prevenir el inicio en el consumo de tabaco en los más jóvenes y a favorecer el abandono de los ya consumidores debe ser bienvenida. En el ámbito de estas medidas se encuentra la campaña lanzada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) este año con motivo del día mundial sin tabaco, que se celebra anualmente cada 31 de Mayo. El lema elegido es “Prepárate para el empaquetado neutro”, tratando con ello de disminuir el atractivo de los paquetes de tabaco y aumentar la eficacia de las advertencias sanitarias.