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¿Qué es la tosferina?
La tosferina es una enfermedad infecciosa que afecta al sistema respiratorio. En los últimos años está sufriendo un aumento de su incidencia. Según datos del centro nacional de epidemiología, desde el año 2010 la enfermedad se encuentra en una situación de epidemia sostenida, en un rango superior al de los años previos.

Tabla 1. Casos de Tosferina por semana Epidemiológica. España, 2005-2016* (hasta la semana 36). Fuente: RENAVE (Declaración Numérica Semanal). ICNE. ISCIII

La enfermedad está producida por la bacteria Bordetella pertussis y se contagia, al igual que otras infecciones respiratorias, por el aire o por contacto con objetos contaminados por un enfermo. Una persona puede propagar la enfermedad desde que esta comienza y durante al menos dos semanas después de que empiece la tos.

¿Cuáles son sus síntomas?

El síntoma fundamental es la tos, que puede comenzar entre una y dos semanas después de la exposición a las bacterias. Al principio, parece un resfriado más, es la llamada fase catarral, en la que los síntomas son similares a un resfriado común (mucosidad, congestión nasal, tos y/o fiebre). Pero que luego habitualmente se sigue de una fase en la que destaca una tos persistente característica que dura varias semanas, es la llamada fase paroxística. En esta fase la tos se produce en forma de ataques importantes que casi no dejan ni respirar, por lo que a veces se escucha el típico “gallo” (similar a un pitido o silbido) al coger aire, después de toser varias veces de forma repetida. Con frecuencia estos accesos de tos finalizan con vómitos.

Es una enfermedad que afecta tanto a los adultos como a los niños, siendo más peligrosa en los bebés más pequeños. Puede tener diversas complicaciones especialmente en los niños más pequeños, como ingresos hospitalarios por insuficiencia respiratoria y pausas de apnea con cianosis (color azulado de la piel por falta de oxígeno), llegando a ser potencialmente mortal. Sin embargo, los síntomas en los adultos y niños más mayores ya vacunados son leves y rara vez provocan complicaciones, salvo la tos persistente que puede durar varios meses.

¿Cuál es su tratamiento?

El tratamiento antimicrobiano con antibióticos específicos mejora la enfermedad si se administra al inicio de la misma. Si se administran una vez establecida la tosferina tiene poco impacto sobre su evolución, pero disminuye la transmisión de la enfermedad a otras personas.

¿Cómo prevenirla?

En cuanto a la prevención de la tosferina la vacunación es la medida preventiva más eficaz.
Con la vacunación no conseguimos erradicar la enfermedad ya que se ha visto que se va perdiendo efectividad con los años, pero sí se consigue evitar las formas más graves que ocurren especialmente en los menores de 6 meses.
Por ello desde la Asociación Española de Pediatría (AEP) se hacen las siguientes recomendaciones, con el objetivo de prevenir la tosferina en los bebés durante los sus primeros meses de vida. Por un lado, vacunar lo antes posible a los recién nacidos, administrándose la primera dosis a los 2 meses de vida. Por otro lado, es prioritario vacunar a las embarazadas en el tercer trimestre de gestación ya que de este modo las madres generarán defensas contra la enfermedad que llegarán al bebé a través de la placenta y así cuando nazcan estarán protegidos hasta los dos meses de vida momento en el que recibirán su primera dosis de vacuna. Por último, se debe mejorar la vacunación en las personas que convivan o trabajen con pacientes de riesgo (bebés, inmunodeprimidos, pacientes con otras enfermedades respiratorias, etc.).

Cristina de Manuel Gómez. MIR de 4º año del Servicio de Pediatría, Sección de Neumología y Alergia del Hospital Universitario 12 de Octubre.

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