¿Qué es el tromboembolismo pulmonar (TEP)?
La enfermedad tromboembólica venosa incluye dos enfermedades: la trombosis venosa profunda (TVP) y la tromboembolia pulmonar (TEP). La TVP ocurre cuando se forma un trombo o coágulo en la pared de las venas obstruyendo el paso normal de la sangre, y ocurre generalmente en las venas de las extremidades inferiores (EEII). En ocasiones este trombo se desprende de la pared de la vena, viaja por el torrente sanguíneo hasta llegar al lado derecho del corazón, desde donde se envía a las vasos pulmonares donde queda impactado obstruyendo de nuevo el paso de la sangre, a lo que llamamos TEP.
¿Por qué es importante la TEP en el embarazo y en el puerperio?
Existen diferentes circunstancias que aumentan el riesgo de padecer una TEP, a las que llamamos factores de riesgo. Los factores de riesgo para el desarrollo de TEP se pueden agrupar en 3 grandes conjuntos:
1. Inmovilización (cirugías, ingresos hospitalarios, lesiones traumatológicas en EEII como fracturas o viajes prolongados, a lo que denominamos síndrome de la clase turista)
2. La presencia de cáncer, así como las diferentes circunstancias que lo acompañan: quimioterapia, catéteres, etc.
3. Aspectos relacionados con alteraciones hormonales: tratamiento con estrógenos (anticonceptivos orales), el embarazo, el puerperio y la fecundación in Vitro (FIV).
Debido a este último punto, en el que la gestación (embarazo, puerperio y FIV cuando existe) es un factor de riesgo para el desarrollo de TEP, es importante tener en cuenta el diagnóstico de TEP cuando una paciente gestante acude a urgencias con sintomatología compatible. El riesgo es mayor en el tercer trimestre y las primeras 6 semanas posparto, pero se mantiene hasta el mes 3 postparto. La fecundación in vitro aumenta aún más el riesgo, especialmente en el primer mes de gestación. Para poner números, la incidencia es de 0.3-1 caso de TEP por cada 1000 partos. En los países desarrollados, es una de las principales causas de mortalidad materna relacionada con la gestación.
¿Cómo se diagnostica la TEP? y ¿son peligrosas las pruebas diagnóstica para la gestante y/o el feto?
Los síntomas se asemejan a los de una mujer no gestante y son completamente inespecíficos, siendo los más frecuente: disnea, dolor torácico, tos y pérdida de conocimiento. Tras la sospecha clínica se debe progresar a hacer pruebas de imagen para llegar a correcto diagnóstico. La prueba de elección para confirmar el diagnóstico sería la ecografía doppler de extremidades inferiores, que no es nada invasiva y permite el diagnóstico de trombos en EEII. Si no da el diagnóstico, el siguiente paso sería realizar una prueba de imagen de la circulación pulmonar que permita visualizar los trombos en las arterias pulmonares. Existen dos opciones: la gammagrafía de perfusión (muy poca radiación), o bien una angioTC con protección mamaria (prueba diagnóstica de elección en el diagnóstico de TEP). Ambas son seguras, ya que la radiación administrada es claramente inferior a la que supondría un riesgo fetal. Además es esencial llegar a un correcto diagnóstico para pautar un correcto tratamiento, ya que estamos hablando de un cuadro potencialmente grave.
¿Cómo se trata la TEP? y ¿son seguros los tratamientos para la gestante y/o el feto?
El tratamiento básico de la TEP es la anticoagulación. Durante la gestación el tratamiento de elección son las heparinas de bajo peso molecular que se administras de forma subcutánea. El acenocumarol (Sintrom©) está completamente contraindicado durante el embarazo, porque ha demostrado producir graves malformaciones fetales.
En el puerperio podemos usar heparina de bajo peso molecular o Sintrom© de forma segura.
El tratamiento anticoagulante debe mantenerse al menos 6 semanas tras el parto y mínimo en total de 3 meses.